Índice del Blog

La Guerra civil en el Mar (2). "El convoy de la Victoria"

El cañonero "Dato", que se enfrentó al destructor "Alcalá Galiano"

Como ya hemos visto, las medidas precoces del ministro de Marina, Giral, dando órdenes a los comités se suboficiales para que no obedecieran a sus mandos naturales y se amotinaran a favor de la República, habían conseguido el completo bloqueo del Estrecho de Gibraltar ya a partir de una fecha tan temprana como el 19 de Julio.

Franco, un poco a la desesperada, intentó pasar parte del Ejército de Africa mediante el primer "puente aéreo" de la historia (desde el día 20 con los aviones españoles y a partir del 29 ya con la ayuda de los Junkers prestados por Hitler). Creo que se ha exagerado mucho su importancia. Ciertamente fueron pasando soldados a buen ritmo (el día 30 pasaron 241, por ejemplo) con algunas armas ligeras, pero un ejército necesita material pesado, ametralladoras y artillería si quiere desencadenar una ofensiva en serio. Y por otra parte, Queipo y Solchaga se las había apañado muy bien con los 400 hombres que pasaron embarcados el día 18, habían aislado los barrios rebeldes de Sevilla pretendiendo conquistarlos por agotamiento, dejando en manos nacionales el triángulo Sevilla-Cadiz-Algeciras de importancia vital y, de propina, habían conquistado Huelva y afianzado las ciudades de Córdoba y Granada.

Había además otro gran problema para los nacionales. En España sólo había en 1936 dos instalaciones capaces de fabricar municiónes en grandes cantidades. Una estaba en Barcelona, en manos de los republicanos. La otra estaba en Sevilla, en manos de los nacionales. Pero Mola no tenía ninguna en su zona aislada, así que corría el riesgo de quedarse enseguida sin munición. Portugal estaba a favor de los nacionales, pero no iba a arriesgarse a prestar ayuda a Mola hasta que las cosas no estuvieran mas claras.

Consciente de esa urgente necesidad de unir las dos zonas, Franco decidió jugarse el todo por el todo a una carta. Preparó en Ceuta los 2 mercantes de que disponía ("Ciudad de Ceuta" y "Ciudad de Algeciras") y dos remolcadores para cargarlos hasta los topes. Como escolta utilizaría los 3 buques de guerra que le quedaban en la zona Sur (el cañonero "Dato", el guardacostas "Uad Kert" y el viejo torpedero "T-19") en un cruce a la desesperada, sabiendo que enfrente tenía toda la Marina de Guerra republicana ( el acorazado "Jaime I", los cruceros "Cervantes" y "Libertad", 7 destructores y algunos patrulleros similares al Uad-Kert nacional). Y por otro lado esperó a que le llegaran los Savoia 81, bombarderos trimotores modernos y bien armados con ametralladoras, prometidos por Mussolini.

Sobre esta maniobra disienten los historiadores. Para los "franquistas" fue una genialidad del futuro "Caudillo". Para los "republicanos", una pura jugada de dados. ¿Fue así?. Creemos que ni una cosa ni la otra. Intentaré explicar los motivos de Franco para pensar que las cosas podían salirle bien.

1.- Tras el reparto de armas generalizado establecido por el Gobierno, la anarquía y el caos se habían adueñado de la zona republicana. El gobierno recién constituido carecía de mandos fiables y mientras se regeneraban éstos poco a poco, iba nombrando personas de confianza pero de pocos conocimientos técnicos para los puestos claves. En la Marina, este proceso hizo que prácticamente cada unidad fuese "a su bola" dentro del esquema general de bloqueo ya ordenado por Giral.

2.- La sublevación general en toda la flota, había hecho que la capacidad real de mando estuviera ahora en los comités creados dentro de cada barco. Los pocos mandos superiores que quedaron vivos tras los motines, se esforzaban por contentar a los comités para no ser tachados de "fascistas" y procuraban pasar desapercibidos sin dar "ideas" que se pudieran malinterpretar. Esto repercutió muy negativamente en su capacidad de maniobra y combate.

3.- Los barcos de guerra de aquella época, en general, no sólo estaban muy mal dotados de elementos de defensa antiaérea, sino que carecían de práctica sobre cómo enfrentarse a la aviación. Esto, junto a la falta de mandos competentes  por los motivos anteriores, hacía que los navíos republicanos huyeran generalmente con un rumbo evasivo en zigzag en vez de enfrentarse a la aviación.

Con estas ideas, Franco concibió una maniobra junto con Kindelán, su jefe de la aviación, consistente en "entretener" a la flota republicana con una acumulación masiva de todos sus aviones, reconvertidos en bombarderos de ocasión, que irían a impedir las maniobras enemigas cuando salieran de los puertos y acudiesen a hundir el convoy. Para ello preparó dos viejos hidroaviones Dornier Wal, seis Breguet 19, dos cazas Nieuport, tres Fokker F.VII civiles y tres Savoia 81 (los únicos bombarderos modernos de que disponía y ya recién llegados de Italia) , dejando como reserva a otros tres Breguet 19 y otros tres Savoia 81. O sea, todos los que fueran capaces de volar.

La descoordinación general republicana hizo que el día 5 de Agosto la flota tuviera un momento de mínima efectividad, pues la mayoría de los barcos se habían ido todos a la vez a cargar combustible o a hacer pequeñas reparaciones, dejando sólo a un par de destructores en las tareas de vigilancia. Un exceso de confianza que Franco evidentemente aprovechó, ya que sus servicios de espionaje le informaban puntualmente de los barcos anclados en cada puerto.

EL CRUCE


La noche del 4 al 5 de Agosto del 36 se embarcaron las tropas para poder eludir en lo posible la vigilancia o el espionaje enemigo. En total, 1600 hombres, 6 cañones de campaña de 105 mm (o sea potentes), 100 toneladas de munición y dos ambulancias.

Al amanecer salió la primera oleada de aviones exploradores en busca de los diferentes buques republicanos que estuvieran bloqueando el paso, localizando al destructor "Lepanto", que fue atacado. Una bomba le acertó originando un muerto y cinco heridos, por lo que entró en Gibraltar a desembarcar a los heridos. Pero esta maniobra dejaba el paso libre al convoy.

Al no encontrar a otros buques que pudieran llegar a tiempo de impedir el cruce, se dió la señal de salida y todos los barcos se hicieron a la mar desde Ceuta rumbo a Algeciras, pero repentinamente se ordenó parar porque se vió llegar al destructor "Churruca" que venía en auxilio del "Lepanto", a la vez que se daba la orden desde Madrid de que todos los destructores republicanos (los navíos mas veloces) salieran a hundir el convoy.

Ahí entró en acción la aviación nacional ante la pasividad de la aviación republicana, concentrada en el bombardeo de Pamplona y otras plazas y que no había previsto una maniobra de este tipo. Primero, atacaron de nuevo al "Lepanto" que salía de Gibraltar, por lo que éste cambió el rumbo hacia Málaga, escoltándolo el "Churruca" (los comités de ambos buques impusieron su criterio de no enfrentarse a la aviación). El destructor "Almirante Valdés", por su lado, recibió una bomba de un Savoia 81 que lo dejó gravemente averiado.

En vista del éxito aéreo, se dió de nuevo la orden de partir al convoy. Para mayor seguridad, se ordenó no ir en formación sino cada uno a la velocidad máxima que pudiera, teniendo que volver enseguida el remolcador mas pequeño porque el mar se había encrespado y al ir tan cargado le entraba mas agua de la que las máquinas podían desalojar. El "Dato", el buque de escolta mas potente, iba recorriendo la fila, cada vez mas larga, que se iba formando por las diferentes velocidades de los barcos.

Todo hubiera salido bien y sin complicaciones si no fuera porque un destructor republicano, el "Alcalá Galiano", no había sido avistado por los aviones de exploración, al encontrarse patrullando muy cerca de la base inglesa de Gibraltar y ser posiblemente confundido con un destructor inglés (visual y estructuralmente muy parecidos a los españoles pues en ellos se habían basado los planos).

Los primeros en darse cuenta de la presencia del intruso, que marchaba a toda velocidad hacia la cabeza del convoy, fueron las baterías de costa de Ceuta. Estas empezaron a disparar hacia el barco, aun sabiendo que los proyectiles no podrían alcanzarlo, para alertar al convoy de lo que se les venía encima.

Casi a la vez, el destructor republicano abrió fuego con sus cuatro cañones de 120mm. contra el "Ciudad de Algeciras" a unos 10.000 metros. Teóricamente, blanco fácil. Pero no consiguió acertarle. El buque de escolta mas cercano, el "Dato", con su único cañón de 101 mm. cortó su propia fila y puso rumbo a toda máquina hacia el destructor que ya llegaba enfilado hacia los transportes. Esta maniobra sorprendió al destructor republicano que tuvo que corregir rumbo y olvidarse momentáneamente de los transportes para enfrentarse al recién llegado, tiempo que aprovechó el "Dato" para ponerse a tiro y, estableciéndose rumbos paralelos, entablar un duelo artillero los dos barcos. El Uad Kert y el T-19 intentaron ayudar al cañonero disparando, pero sus piezas artilleras conjuntas (una de 76 mm y 3 de 47 mm) eran puramente decorativas a esa distancia , aunque tal vez lo republicanos lo ignoraran. El fuego del "Dato" fue acertando sus disparos uno a uno, mientras el "Alcalá Galiano" fallaba los suyos manteniéndose el combate hasta casi la entrada al puerto de Algeciras.

A partir de aquí, los relatos divergen. Unos historiadores cuentan que aparecieron dos aviones Dornier para atacar al destructor republicano y por eso éste, ante la presencia de los 3 buques enemigos y los dos aviones, dió la media vuelta para dirigirse a Málaga. Otros, siguiendo el relato por escrito del capitán del "Dato", no hablan para nada de los dos aviones en ese momento, aunque sí parece que con posterioridad y durante su retirada, un grupo de aviones "escoltaron" al "Alcalá Galiano" un trecho por si decidía volver sobre sus pasos. Ignoraban que los disparos del "Dato" le habían causado 18 muertos y 28 heridos graves.

El hecho es que el convoy nacional entró en Algeciras sin una sola baja, y esas tropas y ese material fueron la base de la columna que se dirigió a tomar Badajoz para enlazar con Mola. Una vez unidas las dos partes aisladas de los nacionales ya nunca volvieron a ceder la iniciativa hasta la victoria final. El paso de este simple convoy aislado, fue la clave y por eso Franco y sus militares lo denominaron con el pomposo nombre de "Convoy de la Victoria", a pesar de los 1000 días de guerra que quedaban por delante.

En el bando republicano los fallos se achacaron a la mala coordinación de los buques en cubrir el bloqueo, pero lo cierto y mas reconocido hoy en día es la incoherencia de dedicar su aviación (donde todavía tenían superioridad clara) a bombardear ciudades o ametrallar frentes en vez de dedicarse a cubrir a sus propios navíos. Máxime cuando sabían perfectamente que Franco había comprado a Mussolini los Savoia Marchetti, aunque sólo le llegaron 6 porque los otros tuvieron que aterrizar forzosamente en la Argelia francesa. Estos pequeños detalles son los que, a la larga, deciden las guerras.

3 comentarios:

  1. Osea que de no ser por los aviones italianos el resultado habría sido muy diferente.
    Otra cosa de que aviones disponía el ejército leal y en aeropuertos estaban ubicados?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perdona no haber visto tu pregunta hasta hoy. Blogger no me la ha mandado.
      Sí. Sin los aviones italianos la cosa se habría puesto muy fea. Franco no hubiese tenido otra opción que seguir llevando tropas por un "puente aéreo" o esperar a que estuviesen operativos todos los 20 Ju-52 que le había prestado Hitler para usarlos de bombarderos.
      El tema fundamental para el resultado futuro de la guerra es que LAS COLUMNAS AL MANDO DE YAGUE YA HABÍAN SALIDO LOS DIAS 2 Y 3 DE AGOSTO. Y esas columnas (3.500 hombres) fueron suficientes para conquistar Badajoz y unir a Mola Con Franco.
      A partir de ahí, Franco ya no perdía la guerra. Podían empatar los republicanos y los sublevados, pero perder no.

      Eliminar
    2. Esta claro y reconocido,que la suerte sonríe a los audaces,y suerte y valor derrocho Franco y sus leales en El Paso del estrecho,operación aeronaval,pionera en su género que triunfó por el valor y voluntad de vencer de sus protagonistas,así
      como por la incompetencia y falta de “ganas” de sus oponentes.

      Eliminar