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Tres días de Julio. (Luis Romero.)


Un golpe de estado puede triunfar: como pasó con Pinochet en el 73, puede fracasar: como le pasó a Tejero en el 81.
Pero también puede que no ocurra ni una cosa ni otra y entonces desemboca en una guerra civil.
Tes días de Julio de Luis Romero, fue el libro más vendido de 1967.

Es una crónica novelada que cuenta los hechos ocurridos en las principales ciudades de España durante los tres días que duró el golpe de Estado de Julio del 36; un golpe que metía a España en una guerra civil.

El libro fue superventas en la España franquista porque llegó a un público que estaba interesado en saber lo que había pasado en "el otro lado", un público que hasta entonces solo sabía lo que permitía el Régimen o lo que habían oído contar en la familia.

Durante los primeros años de posguerra habían imperado las visiones míticas de la contienda, pero a partir de los 60 se abre camino una nueva visión del conflicto que empieza a concebir la guerra civil como una “locura trágica,” “matanza fratricida” y “fracaso” de todos los españoles.

Una perspectiva que se aparta de la gesta heroica y en la que empieza a tomar cuerpo el principio de que la guerra civil fue culpa de todos.

Caballos muertos en los combates de la plaza de Cataluña en Barcelona.

Tres días de Julio, puede considerarse uno de los primeros exponentes de este nuevo enfoque.

Se centra en los sucesos que determinaron la vida de millones de personas al inicio del conflicto y (según asegura en el prólogo) Luis Romero estuvo “tres años sumergido en el horror, en la tensión, en el dramatismo y en el desconcierto de aquellas fechas.”

El autor -antiguo voluntario de la División Azul- intenta tratar con objetividad hechos ocurridos en las distintas zonas del país durante los tres días que dieron inicio a la guerra civil.

Hechos, circunstancias y decisiones de los protagonistas que colocaban cada una de las principales ciudades españolas a un lado o al otro de un frente de guerra.

Se dedicó a entrevistar a testigos de los hechos y lo hizo en España, pero también recopiló el testimonio de los exiliados.

Lo define como una “formidable experiencia humana y política” de la que salió su libro.

Los muertos no hablan, así que Luis Romero trata de encontrar la verdad entrevistando a supervivientes de ambos bandos.

Muchos pidieron no ser identificados. Era gente que -30 años después- seguían vivas gracias a “azares geográficos, por casualidad, por piernas, o por protección divina.”

Actitud decidida contra vacilación; factor sorpresa contra lentitud de repuesta; titubeo, parálisis ante la incertidumbre; fueron circunstancias personales decisivas que a la postre daban el control a las fuerzas gubernamentales en unos casos y en otros a los sublevados.

Españoles que cuentan sus recuerdos y que el autor novela intentando reconstruir la verdad, una verdad que según él mismo reconoce “es de suyo escurridiza, subjetiva, cambiante y plural.” Romero pudo comprobar que, a menudo, unos mismos sucesos eran recordados de forma muy diferente.

La conversión de golpe de Estado en guerra civil fue consecuencia de una situación de equilibrio tras un empate entre éxitos y fracasos.

Una semana después del golpe, los sublevados apenas controlaban la mitad del territorio; tenían las mejores unidades de su ejército atascadas en África, y habían perdido a su líder supremo en accidente de aviación.

Primeros legionarios en cruzar a la peninsula procedentes de Marruecos.

Por su parte, el gobierno republicano había conseguido sofocar el golpe en media España a costa de licenciar toda la tropa (para que no obedecieran a los mandos sublevados) y autorizar la entrega de armas a militantes de partidos y sindicatos de izquierdas, ante los que perdía autoridad y capacidad coercitiva.

Manifestantes aclamando a guardias de asalto que apoyan al gobierno.

Además de valor histórico y literario, la primera edición de Tres días de Julio (Ediciones Ariel - 1967) tiene potencial valor bibliográfico.

Valor histórico, porque pocos historiadores dudan del riguroso trabajo de documentación de Luis Romero.

Por ejemplo Angel Viñas, un historiador poco sospechoso de filofranquista, lo califica de “una visión impresionista, y para la época bastante correcta, de aquellos días.”

Conociendo al de la pajarita, no me cabe duda que si el señor Viñas hubiera tenido argumentos “para la época” habría saltado a la yugular del bueno de Luis Romero.

En la actualidad, la guerra civil sigue siendo objeto de polarización y propaganda; por este motivo considero que un éxito de ventas de un franquista (aceptado por historiadores de diestra y siniestra) constituye una eficaz vacuna contra el fanatismo y la estupidez.

Respecto del valor literario, puedo decir que me ha gustado mucho y tal, pero como no soy crítico literario, que sirva de aval que Luis Romero lo escribe después de ganar el premio Nadal en 1951 con “La Noria” y el premio Planeta de 1963 con “El cacique.”

Cuando se publica en 1967, el autor había pasado de ser un empleado de seguros a vivir de la literatura.

Y valor bibliográfico porque Tres días de Julio es un exponente del aperturismo de la censura en el tardofranquismo.

Golpistas muertos en el ataque al cuartel de la Montaña en Madrid.

Cuando se escribe este artículo pueden comprarse ejemplares por internet por 3 euros + portes. El hecho de que fuera un superventas en los 60 implica que hay mucha oferta, pero soy de la opinión de que a estos precios, sólo puede revalorizarse.

Aunque tardará en hacerlo, porque estas cosas no se valoran en un país donde hace poco apareció parte de la biblioteca de Adolfo Suárez en el Rastro.  Una de dos: o lo que leía Suárez es una mierda o los herederos no han sabido valorarlo.

En cualquier caso estamos muy contentos de conservar un ejemplar de la primera edición en nuestra biblioteca. 😄

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