La Guerra Civil en el Mar (I). Introducción y Julio de 1936

El crucero "Canarias". Junto su gemelo, "Baleares", el mejor buque de la flota en la guerra civil .

Si repasamos la tremenda cantidad de títulos que todos los años se publican sobre la Guerra Civil española, veremos que la mayoría versan sobre el problema de las represalias en el primer franquismo o sobre la II República y el principio de la guerra civil. Algunos, muy pocos, son monografías sobre las diferentes batallas, pero desde luego no hay casi ninguno sobre las vicisitudes de la Marina.

¿Porqué? ¿Acaso no hubo batallas en el mar? ¿Acaso no fue el mar la vía fundamental de suministros para los dos bandos? ¿Acaso las tácticas de bloqueo o apoyo artillero no fueron vitales en la conquista del Norte, de Málaga o las Baleares? Naturalmente la respuesta a todo es que sí, pero desde la monografía de Alpert "La guerra civil española en el mar"(1) escrita en 1987 y de donde copiamos el título, sólo se ha escrito sobre temas mas o menos puntuales y en revistas especializadas sin difusión general.
¿Por falta de interés del público en general? Puede ser. Pero creo que es un error. La guerra civil en el mar fue una verdadera guerra dentro de otra guerra, con sus correspondientes vaivenes, errores, batallas, éxitos y fracasos por parte de los dos bandos. Una historia realmente interesante que todos los aficionados o lectores curiosos deberían conocer. De ahí esta pequeña serie de capítulos divulgativos que pretenden tener a la vez todo el rigor histórico... aunque "saltándose las partes aburridas". Espero que animen a alguien a profundizar mas en el futuro.

DESDE EL 15 DE JULIO AL 30 DE JULIO DE 1936

SUBLEVACION Y DIVISION DE LA ARMADA Y SUS BASES PRINCIPALES

He leído en muchos artículos y libros, ya con un cierto tiempo, que a Mola como "Director" de la conspiración militar y  a sus antecesores no les preocupó demasiado organizar la sublevación en la Marina hasta casi última hora. Y es relativamente cierto. El "golpe" planeado iba a ser en origen como un pronunciamiento militar al estilo del siglo XIX y, para ello, la importancia de la Flota era bastante secundaria.
Solo la constatación de que las cosas no iban a ser tan fáciles (y aquí Franco no se cansaba de poner pegas y de retrasar las fechas previstas por su visión pesimista del asunto) ya que muchos militares iban a permanecer leales a la República, se empezó a tomar en consideración traer parte del ejército de Africa a la Península como refuerzo, para lo cual se dieron unas "Instrucciones para las Fuerzas de la Armada" en fecha tan tardía como el 20 de Junio de 1936 (2), complementadas en unas "Directivas para Marruecos", dictadas en «Peloponeso» el 24 de junio de 1936 (3).
Obsérvese la improvisación en los planes y el cambio de parecer en los últimos días antes del "Alzamiento", lo que viene a confirmar que "el plan" no estaba demasiado preparado ni pensado para la guerra civil que se iba a montar después, contra el criterio de una parte de los historiadores militantes de izquierdas.
¿Porqué confiaba Mola en que La Flota le iba a seguir, pese a no tener prácticamente contactos mas que con un pequeño y nebuloso grupo de mandos navales que estaban a favor del Alzamiento?

Hay varias razones que se pueden esgrimir, pero en aras de la sencillez explico las mas fundamentales según mi criterio.

1.- La reforma del Ejército de Azaña de 1931 había supuesto un torpedo para la oficialidad y mandos de La Marina. No solo por la disminución en el número de efectivos, sino por abrir la posibilidad de que los suboficiales y otras escalas pudieran acceder a la oficialidad tras superar unos determinados requisitos. Esto se ganó la enemistad de la oficialidad... y la adhesión incondicional del personal subalterno.

2.- El carácter piramidal connatural al ejército, que se acrecienta en los buques de todas las flotas del mundo. A quien no haya vivido en un buque militar le costará entender que la convivencia de tantas personas en un ambiente tan pequeño, obliga a mantener la disciplina mediante una rigurosa separación de los diferentes componentes de la tripulación (oficiales, suboficiales y marinería) y una estricta obediencia a la escala de mando para que las órdenes se ejecuten eficientemente. Esto aumenta la efectividad del buque como arma de combate, pero implanta una gran distancia emocional a lo largo de esa escala humana, por lo que las relaciones personales se suelen establecer entre miembros del mismo, o cercano, escalón de mando.

3.- El carácter endogámico de los mandos de todas las flotas del mundo. Como ser Oficial de marina pasa a ser una forma de vida muy especial (largas ausencias del hogar, mucha convivencia con otros oficiales similares, etc), es un "oficio" que se presta a pasar de generación en generación. Hay muy pocas plazas disponibles en la Academias Navales y ser hijo de un Oficial, ya sea en activo o en la reserva, era un gran aval para la consecución de esas plazas. Esto, junto con los rigores disciplinarios de la formación naval dirigida desde muy joven, suele hacer a esas personas muy conservadoras en casi todos los ámbitos de la vida, incluídos los políticos. De ahí que en 1936, entre los mandos había una gran abundancia de simpatizantes monárquicos.

4.- La República no había podido depurar La Marina, como había hecho en el Ejército de Tierra. Simplemente carecía de mandos alternativos disponibles de ideologías mas "izquierdistas". Intentó algunas sustituciones en puestos vitales, pero en general la oficialidad tanto en tierra como en el mar seguía siendo la misma que en el bienio derechista 1934 y 1935.

La unión de los factores anteriores llevaba a Mola a una conclusión que lo tranquilizaba: Al primer toque de corneta, toda La Armada se pondría a favor de los sublevados.

O sea, a un enorme error de apreciación...

Mola ignoraba que, al no poder penetrar en la oficialidad, los partidos de izquierda y sindicatos radicales se infiltraron entre la marinería y los mandos inferiores. Un cálculo estima que el 75% de ellos estaba afiliado a alguna organización política, aunque en teoría fuese ilegal hacerlo, creándose los correspondientes "comités" secretos en cada barco.
Una potencial "quinta columna" que fue clave para el desarrollo posterior de los hechos.

Veamos las dotaciones de la flota en Julio de 1936 para enseguida comprender el problema y las actuaciones que ocurrieron con posterioridad..

DOTACION TOTAL DE LA FLOTA (Aproximadamente)

A) EN BARCOS

- Oficiales: 1.000
- Marinería general: 11.000

B) EN TIERRA

- Oficiales: 1.000
- Marinería general: 9.000

Es decir, que mientras en tierra la marinería y los suboficiales suponían un porcentaje relativamente bajo del personal de las bases, puesto que las compartían con otras unidades varias (infantería de marina, tropas del ejército de tierra, obreros de la construcción naval y reparaciones, etc...), en los barcos, y una vez navegando, esa proporción resultaba aplastante a su favor, aun contando con que la mitad de ellos permaneciera "neutral". Ese fue el factor clave que determinó el que la mayoría de los barcos quedaran en manos republicanas pero no las bases. Dos, Ferrol y Cádiz, del lado sublevado, y sólo Cartagena en manos republicanas y tras aplastarse la sublevación.

Tras esta introducción que he creído interesante pormenorizar para explicar el porqué de los hechos, vayamos al principio.

En Julio de 1936 La Armada Española poseía los siguientes barcos en muy diferentes grados de obsolescencia.

POR TIPO DE BUQUE

- Acorazados: 2
- Cruceros: 5
- Destructores: 11
- Submarinos: 12
- Cañoneros: 5
- Torpederos: 11

Fuente: Estado General de la Armada, 1931-1936.

Hay diferentes estimaciones según los autores tengan o no en cuenta los  buques que se fueron construyendo/arreglando y entraron en servicio por uno u otro bando. Pero recojo la cifra oficial y hago una pequeña disgresión al respecto.

Con los dos acorazados en condiciones muy precarias y el crucero República inoperativo, los medios navales en condiciones de combatir con ciertas garantías se limitaban a cuatro cruceros, ocho destructores de la clase Churruca (copia de unos modernos y exitosos destructores ingleses) y doce submarinos de las clases B y C.  Además de ésto se estaban construyendo, ya en grado muy avanzado, dos cruceros modernos (luego bautizados "Canarias" y "Baleares") y 4 minadores en Ferrol y 4 destructores más de la clase Churruca en Cartagena.
Naturalmente los dos bandos se lanzaron a rearmar o construir nuevos buques, pero en este proceso enseguida tomaron ventaja los "nacionales". Pero a pesar de la modestia de medios, algunos barcos pequeños desempeñaron un papel vital en los primeros días de la sublevación. Haremos un pequeño esquema cronológico para justificar su importancia decisiva, que se suele pasar por alto.

El 15 de Julio de 1936 el Gobierno tuvo noticias alarmantes por parte del gobernador civil de Cádiz de que el ambiente estaba algo revuelto. Como ya han confirmado todos los historiadores, era "vox pópuli" que iba a haber una sublevación pero no se sabía de qué magnitud ni en qué fecha sería. Así que el Gobierno optó por esperar y prepararse tomando ciertas medidas preventivas (como acumular la aviación en los alrededores de Madrid) para actuar frente a los hechos consumados y no abortar un simple intento de sublevación que en poco tiempo pudiera repetirse.
Giral, ministro de Marina, ordenó ese mismo día 15 de Julio al destructor "Churruca" que zarpase de Cartagena para dirigirse a Cadiz como profilaxis ante una hipotética revuelta y al "Lepanto" para que patrullara el Estrecho de Gibraltar. Pero en vez de dirigirse directo a su destino, el "Churruca" realizó una extraña travesía, entrando el 16 en Algeciras y el 17 en Ceuta, lugar donde "lo sorprende" el levantamiento en Africa. Esa misma tarde del día 17, y ante la llegada de rumores/noticias de la sublevación de Melilla, Giral ordena la salida, primero de una escuadra de 3 destructores y, ya el día 18, del resto.
La intención era bombardear Ceuta,  Melilla y Tetuan y bloquear el Estrecho de Gibraltar para evitar el paso hacia la península del ejército de Africa (4). Adicionalmente encarga que se reconviertan en bombarderos unos aparatos civiles de Tablada y que se bombardee Tetuán para provocar una sublevación de los marroquíes contra los golpistas, cosa que no se produjo a pesar de los 15 muertos y 40 heridos producidos. También se bombardean desde el aire las demás ciudades importantes del Norte del Protectorado .

Pero ¿que ocurre con los primeros barcos?. Pues que el "Churruca" y el cañonero "Dato", que están en Ceuta el 17, se unen a los sublevados y el 18 de Julio el "Churruca", junto con una motonave, transportan 220 hombres a Cádiz "la Rusia chica" ... donde acaba de sublevarse Varela, teóricamente encarcelado en la prisión militar, y de donde sale para hacerse cargo de la guarnición frente a las fuerzas civiles de Cádiz. Estos 220 hombres, desembarcados el 19 de Julio, son vitales para la conquista de la ciudad de Cadiz, alrededores y de la base naval y arsenal de "La Carraca".
Al día siguiente, 19 de Julio, el "Dato" junto con otro barco transportaron 170 hombres a Algeciras, adueñándose así mismo de la ciudad. Una vez controladas las dos ciudades, al día siguiente unos 300 hombres marchan a Sevilla a ayudar a Queipo de Llano a controlar la sublevación en la ciudad mientras van llegando soldados sueltos en avión (aquí ocurre la famosa anécdota en la que Queipo sube a los hombres en camiones y los hace circular permanentemente por las calles con un altavoz tocando Himnos legionarios para hacer creer a los republicanos que Sevilla está tomada por el ejército de Africa y evitar la resistencia).
El transporte de esos 400 hombres en un momento tan inicial, supusieron la diferencia entre la victoria y la derrota.

Para entonces, ya todas las cartas están boca arriba. Los destructores que salieron el 17 de Cartagena, ya están frente a Ceuta, a la que hacen un amago de bombardeo... y viran hacia Melilla, donde entran en el puerto para unirse a los nacionales. Pero ya a partir del 18 por la tarde cambia todo.
Benjamín Balboa, un oficial tercero radiotelegrafista en Madrid perteneciente a la logia masónica "Atlántida" y que había organizado comités de enlace entre los radiotelegrafistas de la flota, detiene a su jefe pistola en mano por golpista y entra en comunicación directa con Giral, radiando las órdenes de éste a todos los buques de la flota de refugiarse en Tanger, manteniendo el contacto cada dos horas con cada buque y dando las órdenes de amotinamiento pistola en mano contra sus superiores (5).
A partir de aquí, se producen sublevaciones a favor de la República en casi todos los barcos, desde la flota de destructores que está en el Mediterráneo a las dotaciones de los buques atracados en las bases de Ferrol y Cartagena. Incluso los destructores que han entrado en Melilla, salen del puerto hacia Cartagena con las tripulaciones amotinadas. En el Churruca, cuyo Jefe que no ha aceptado un retén de seguridad que le ha propuesto Valera, también se amotina la tripulación y marchan a Málaga.
Lo mismo sucedió en el acorazado Jaime I y los cruceros Libertad y Miguel de Cervantes, que habían zarpado desde Ferrol cumpliendo órdenes rumbo a la zona del Estrecho de Gibraltar.​ También se amotinaron las dotaciones de los submarinos.

No voy a entrar en las diferentes vicisitudes y ejecuciones a bordo de los buques amotinados contra sus mandos y en las 3 bases principales (Cádiz, Ferrol y Cartagena). Basta decir que casi en todos los buques triunfaron los comités republicanos. Incluso en aquellos que por estar varados o atracados para reparaciones no pudieron salir a alta mar.
Sin embargo, todas las bases se decantaron por el lado de los nacionales y acabaron imponiéndose sobre las tripulaciones amotinadas con ayuda de la infantería de marina y tropas de tierra. La única base importante que quedó en manos republicanas fue Cartagena, donde los nacionales fueron aplastados a los 3 días por la llegada de tropas del exterior.
Tanto en los buques como en tierra se produjeron verdaderas carnicerías, pero este es un tema que prefiero no tocar. No creo que polemizar sobre ésto sea ya útil para nadie.

Al final, de toda la Flota original, quedan del lado republicano (en adelante siempre usaré esta denominación) 29 unidades de la Marina de guerra —un acorazado, tres cruceros, trece destructores (contando los que se terminaron enseguida en Cartagena)  y doce submarinos— mientras que los nacionales (la misma convención para denominarlos que antes) disponían teóricamente de 3 en el Norte —un acorazado en reparación (el «España»), un crucero («Almirante Cervera») y un pequeño destructor («Velasco»)— a los que se añadirían muy pronto las dos estrellas de la flota, los cruceros "Canarias" y "Baleares", los cuatro minadores en construcción y tres pequeñas unidades en el sur, los guardacostas Dato y Uad-Kert y el torpedero T-19. En "La Carraca" (Cádiz) quedaba en manos de los nacionales el viejo crucero ligero "República" que tenía la artillería desmontada(6).

A partir del 19 de Julio, quedó establecido un firme bloqueo en todo el Estrecho de Gibraltar, que solo puso ser burlado la noche del 24/25 de Julio por dos faluchos con 150 hombres que aprovecharon la intensa niebla para no ser detectados y cruzar a Cádiz.

Todo un aparente triunfo republicano, pero a un coste terrible. El 70% de los oficiales y mandos había perecido. De un total de 19 almirantes, solo contaron con 2 y de 31 capitanes de navío otros 2. De 65 capitanes de fragata de 7 y de 128 capitanes de corbeta, 13 (7).La Armada republicana carecía ya de mandos competentes para ejercer su superioridad numérica. Como decía el título de un libro muy popular, "la escuadra la mandan los cabos"... y esa fue a la larga su tragedia.

Notas

(1) "La guerra civil en el mar". Michael Alpert. Ultima reedición 2008.

(2) "Ante el Alzamiento. Trama civil y conspiración militar". Ricardo De la Cierva 

(3)  Idem
(4) "Alzamiento y revolución. El 18 de Julio en la base naval de Cartagena". Juan Martín Leal
(5) "Armada española siglo XX". Ricardo Cerezo. 1983
(6) "La guerra civil en el mar". Michael Alpert
(7) "La marina de guerra española en 1936". Eduardo Palomar Baró