Salvoconducto del Alcade de Sarria - Lugo. (22/06/1939)



Encontré mi primer salvoconducto en un puesto de papeles viejos de un mercadillo de Ferrol.

En el documento, ponía que alcalde de Sarria autorizaba a un vecino a trasladarse por “Lugo y su provincia” por “asuntos particulares.”

Estaba fechado el 22 de Junio de 1939. AÑO DE LA VICTORIA. Tres meses después de finalizada la guerra civil.


Sellos "pro-combatientes."

El vendedor me aseguraba que los sellos del reverso eran valiosos, pero lo que llamó mi atención fue la frase: “Ruego a las Autoridades y sus Agentes no le pongan impedimento alguno en su viaje, salvo caso de delito contra las leyes

Entonces recordé las palabras de George Orwell en su libro "Homenaje a Cataluña":
“era inútil aferrarse a la idea inglesa de que uno está a salvo mientras cumpla la ley.”
¿Salvo caso de delito? ¿Impedimentos? ¿Qué casos?

Así empezó mi colección.

Definición de salvoconducto: un documento, impreso o manuscrito, en el que una Autoridad permite al beneficiario moverse por un determinado ámbito espacial, durante un tiempo establecido.

Los salvoconductos restringen una serie de derechos fundamentales que en el ordenamiento jurídico actual se recogen en el artículo 19 de la Constitución.:
  • derecho a la libre circulación de personas, 
  • el de elegir libremente residencia y 
  • el de entrar y salir libremente de España. 

"no le pongan impedimento alguno (...) salvo caso de delito contra las leyes."

Contexto histórico:


En 1936 no había el Documento Nacional de Identidad (DNI). Existían cédulas fiscales para el caso de los contribuyentes, carnets de conducir para los escasos conductores, carnets de colegios profesionales, etc...

Al principio de la guerra fueron muy utilizados los carnets de afiliación a partidos políticos y organizaciones sindicales. La gente corrió a agenciarse el más adecuado al bando correspondiente, por contra un carnet equivocado podía suponer la muerte del portador.

Los carnets de partido funcionaron al principio de la guerra, pero pronto se hizo necesario un sistema más formal de control de movimientos y empezó la época de los salvoconductos.

En la zona nacional los alcaldes eran responsables de no dejar salir a nadie de los pueblos sin salvoconducto. En ausencia de autoridad militar, debían de expedirlos ellos mismos.

Los derechos de expedición constituían una fuente de financiación del Estado.

En la zona republicana eran las organizaciones políticas y sindicales quienes directamente sellaban los salvoconductos o bien avalaban las peticiones de salvoconductos de instituciones oficiales.

Se establecían numerosos controles por todo el territorio que requerían la presentación de salvoconducto, posteriormente empezó a exigirse también para obtener billetes de ferrocarril y autobús, lo que terminó siendo más eficaz que los controles en calles y carreteras.