El asesinato de Anastasio de los Reyes: primer disparo de la Guerra Civil

La primavera trágica del 36 arranca con pólvora y papel picado

Tribuna Presidencial del desfile conmemorativo del 5º Aniversario de la República
Tribuna Presidencial durante el desfile conmemorativo del V Aniversario de la II República.

Un quinto aniversario a tiros

Bienvenidos al primer capítulo de esta serie sobre el caos lento y ceremonioso que precedió al estallido de la Guerra Civil.

Hoy toca el desfile del 14 de abril de 1936, jornada patriótica republicana que acaba, cómo no, con un guardia civil muerto. España en su estado natural.

Un desfile pasado por agua y censura

El 14 de abril, aniversario de la República, se celebraba con su habitual desfile por la Castellana. Asistieron todas las tribus: Gobierno, diplomáticos, milicias juveniles, militares y parroquia variada.

El presidente interino de la República, Diego Martínez Barrio, revista las tropas acompañado por el ministro de la guerra general Masquelet.

Los periódicos que me sirven de guía (ABC, Ahora y El Socialista) tenían, eso sí, las manos atadas por la censura. Ya desde las elecciones de febrero, el Estado de Alarma regía como comodín para borrar líneas incómodas.

Ejemplar de A.B.C. visado por la censura
Ejemplar de ABC 15/04/1936, "visado por la Censura."

La comedia arranca con una traca

Apenas comenzado el desfile, un tipo totalmente borracho —Isidoro Ojeda Estefanía, cocinero de 42 años y vecino de Canillas— lanza una traca contra la tribuna presidencial. Le faltó fuelle y acabó asustando más a los caballos que a los ministros.

Se desató el pánico. Jinetes por los suelos, escoltas desorientadas, y un público convencido de que acababan de ver el principio del fin.

Interrupción del desfile del 5º aniversario de la república
La explosión de la traca, encabrita a los caballos e interrumpe el desfile.

El general Miaja, siempre diligente, restableció el orden. El Gobierno aplaudido, sombreros al aire, vítores a la República.

Fiesta, camaradas.

El borracho: fascista con crucifijo

Detenido el cocinero, se le encontró un carnet de las JONS y un crucifijo, pruebas inequívocas de que el atentado lo perpetraba el lado oscuro. Lo cuenta con entusiasmo El Socialista, que da incluso la primicia de su declaración: “he hecho esto porque yo también soy del pueblo y ésta es mi voluntad”. Filosofía política de tasca.

El desfile continúa: ambiente enrarecido

A pesar del susto, la cabalgata militar sigue. Entre aplausos, improperios, vítores y chubasqueros.

Las juventudes marxistas uniformadas en los andenes; las organizaciones proletarias saludando con la flor en el puño. La Guardia Civil desfilando con el paso cambiado y el destino escrito.

Guardia civil desfilando por la Castellana 1936
La Guardia Civil desfilando por el Paseo de la Castellana.

U.H.P. contra España: duelo de gritos

En Colón, al paso de la Guardia Civil, un grupo corea el clásico “¡U.H.P.!” (Unión de Hermanos Proletarios). Otro grupo responde con “¡España, España!”.

Una discusión como las de bar, pero con pistolas. El “camarada testigo” de El Socialista asegura que unos bien vestidos empezaron con el fascismo verbal, y que los suyos únicamente reaccionaron en defensa de la decencia revolucionaria.

Tribuna presidencial en el momento de explotar la traca
Tribuna de Presidencia tras producirse el altercado

Disparos en la Castellana: cae Anastasio de los Reyes

Siete u ocho disparos, según Ahora. ABC no se moja demasiado. El resultado: varios heridos, un niño atropellado con un balazo en la pierna, y el cadáver del alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los Reyes, ingresado en el botiquín de la Casa de la Moneda con un tiro en el hígado.

Herida, por supuesto, “mortal de necesidad”.

Primeros momentos tras el atentado.

Testimonio posterior: ejecución premeditada

Décadas después, Manuel Tagüeña Lacorte, escolta de Largo Caballero, dirá sin rubor en sus memorias "Testimonio de dos Guerras" que a Anastasio lo mataron a propósito, reconociéndolo por derechista. 

Una ejecución quirúrgica en plena calle, en medio de un desfile. Así se defendía la democracia.

La fiesta sigue: como si nada

“Renacida la tranquilidad”, dice la prensa, el desfile continúa. Los ministros se sacuden el barro, la tribuna aplaude, y los militares siguen desfilando entre charcos y sangre.

Todo en orden, todo normal.

Desfile conmemorativo del 5º aniversario de la segunda república
Momento del paso de la Cruz Roja, con "su cantinera al frente y los perros sanitarios"

Contramanifestaciones, arrestos y empujones

En las calles laterales, mientras se aplaude la República, se cruzan manifestaciones rivales. A gritos de fascistas y rojos, se organizan los primeros empujones.

La policía interviene. Se hacen 30 detenciones. Se respira paz, pero con gas pimienta.

Epílogo: una primavera cargada de pólvora

Esto fue solo el inicio. De aquí saldrán todos los demás: el entierro convertido en campo de batalla, los ajustes de cuentas, las esquelas censuradas y los disparos desde las obras.

Anastasio de los Reyes fue la primera ficha del dominó. La última: Calvo Sotelo.

Siguiente capítulo: el entierro que incendió Madrid

En el próximo artículo verás el entierro de Anastasio de los Reyes. Donde un cortejo fúnebre terminó en una guerrilla urbana, y la policía disparaba a discreción. Qué tiempos para la lírica.

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