Manuel Iglesias con su hermano Julio. Entre ambos, el retrato del gran cantante internacional Julio Iglesias. |
Se habla tanto de la próxima publicación de las memorias de Julio Iglesias, que me han venido a la cabeza las de otro miembro de la familia.
Un Iglesias que, siendo mucho menos conocido, escribió —a mi juicio— uno de los mejores libros que jamás se han escrito sobre la guerra civil.
Me estoy refiriendo a las memorias que publicó Manuel Iglesias-Sarria Puga en 1987, tituladas: “Mi suerte dijo si. Evocación autobiográfica de Guerra y Paz (1918-1936-1945)”
Manuel Iglesias era hermano de Julio, un ginecólogo más conocido por ser padre del cantante y playboy de finales del siglo XX.
Ambos hermanos eran "camisas viejas", falangistas fetén de la primera ola. De los pocos que militaban en la Falange antes de la guerra. Se habían afiliado durante la República, mucho antes de que el partido se llenara de adeptos al “Movimiento” después de que se abriera la veda.
Con estos antecedentes, ya te imaginarás que las pasaron negras en el verano madrileño de 1936.
El padre de Julio Iglesias pasó la guerra recluido en cárceles y campos de concentración republicanos (con providencial intervención del "Angel Rojo", el anarquista Melchor Rodriguez); sin embargo, su hermano Manolo, nuestro protagonista, consiguió escapar de Madrid para pasarse al lado nacional.
El 18 de Julio había pillado a Manuel Iglesias en Aranjuez, trabajando en el rodaje de una película. Siendo falangista e hijo de un militar retirado por la ley Azaña, se le complicó la vida desde el primer momento.
El libro sería uno más de los miles de títulos que se han escrito sobre la guerra civil, si no fuera porque que las peripecias de Manuel Iglesias por la convulsa Europa de los años 30 y 40, harían palidecer de envidia al mismísimo Pérez-Reverte.
“Mi suerte dijo sí” está prologado por Julio Caro Baroja, que define a Manuel Iglesias como “un hombre de acción”, y no se me ocurre mejor definición para nuestro personaje.
"Nuestras ideas no coinciden en muchos puntos; pero yo considero este escrito como un testimonio valioso de lo ocurrido en mi época y en él la reconozco, mientras en otras obras con pretensiones teóricas y doctrinales no la veo bien reflejada." Julio Caro Baroja.
Manuel Iglesias torció voluntariamente su destino durante aquellos años convulsos, de ahí viene el título del libro.
Después de pasar una temporada refugiado en la legación turca de Madrid, fue protagonista de una huida que motivó un conflicto diplomático entre España, Turquía y la Italia de Mussolini.
- Quizás te interese saber cómo cambió de bando Manuel Iglesias.
Con estos antecedentes, Manuel Iglesias podía haber pasado el resto de la guerra en la plácida retaguardia, sin embargo, al poco de desembarcar en Cádiz, se presentó voluntario como aspirante a alférez provisional en la Academia de Dar Riffen.
Ojo. Estamos hablando de la cuna de la Legión.
Nuestro personaje se empeñó en hacer la guerra en un Tabor de la Mehal-la Jalifiana, las tropas de choque en las que había servido su padre a principios de siglo.
El autor fumando kifi en el frente de la Casa de Campo. |
Los recuerdos, desde su niñez hasta que entra con sus moros en Madrid en 1939, ya darían para un buen libro.
Sus vivencias escondido en una pequeña pensión del "Madrid Rojo", junto con su novia, una chica de Ávila que acababa de conocer en el rodaje, son un must para cualquier lector interesado en estos temas.
Pero lo mejor es que las aventuras de Manuel Iglesias continúan después que acaba nuestra guerra.
Manuel Iglesias volvió a torcer su destino presentándose voluntario en la División Azul.
Lo normal es que fueran voluntarios los falangistas que, por haber sido presos, no habían tenido oportunidad de pegar un solo tiro en nuestra guerra, existía la obligación moral de devolvérsela a los rusos.
Pero Manuel evitó el palo que suponía para Julio interrumpir sus estudios de medicina (además estaba prometido) y ocupó el lugar de su hermano.
Sobrevivió al jodido frente ruso y en vez de volverse corriendo para Madrid a olvidarse del frío, Manuel Iglesias tuvo las santas pelotas de quedarse en el París ocupado por los nazis, dedicándose a los negocios.
Con un par.
La estancia parisina se alargó hasta que la ciudad fue tomada por los aliados; desde mi punto de vista, constituye una de las partes más extraordinarias de su relato.
Mira.
"Ya en la gran plaza, experimenté una enorme sorpresa.
Los carros que estaban rodeando el Arco del Triunfo, tenían nombres de ciudades españolas: Guadalajara, Sigüenza, Belchite, Brunete... y sus tripulantes hablaban español.
Me acerqué a ellos para preguntarles".
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"Mi suerte dijo si" es el testimonio de una vida atravesada por la Historia de la primera mitad del siglo XX.
El libro merece la pena solo por las fotografías del archivo del autor; pero lo mejor es que Manuel Iglesias tiene una prosa fresca y divertida por la que pasan un sinfín de personajes.
Es un libro bien escrito que te engancha desde la primera página.
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Manuel Iglesias Puga en el frente de Novgorov. 1940. |
Cuenta Manuel Iglesias que la guerra es detestable, pero una vez acabada, son muchos los que hubieran querido participar en ella.
Y tiene razón, no nos engañemos: la mayoría de escritores que alcanzaron fama a costa de nuestra guerra, en realidad solo la vieron de lejos.
Resulta fácil distinguir entre quienes se batieron el cobre en las trincheras (como Orwell), de los que visitaban el frente acompañados por delegados del Departamento de prensa y propaganda republicanas (como Hemingway).
La multitud de detalles, anécdotas y personajes que pasan sobre el frente de Madrid, la batalla de Volchov o el ambiente nocturno del París ocupado, no dejan lugar a dudas respecto de Manuel Iglesias.
Ni siquiera sus escarceos amorosos que, visto lo visto, forman parte de los genes familiares.
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"Mi suerte dijo si" es un libro editado con esmero por la mítica librería San Martín de la Puerta del Sol, la editorial que publicó tan buenos títulos de divulgación histórica. Viene avalado por el fallecido catedrático de Historia contemporánea y miembro de la real academia Vicente Palacio Atard.
Hay que tener muy presente que las de Manuel Iglesias-Sarria Puga son unas memorias tardías, escritas durante la Transición a contracorriente.
Digo a contracorriente, porque las escribió en una época en que los vencedores querían hacerse olvidar el credo que habían profesado en el 36. Unos años en que estaba de moda la propaganda de los perdedores.
Los escritores que habían perdido la guerra habían ganado todo el prestigio de los manuales de literatura, sobre todo fuera de España, en las universidades y medios intelectuales internacionales, (...), y al revés, por el mero hecho de haberla ganado se negó a los escritores de derechas cualquier mérito literario. Andrés Trapiello.
Quizás por este motivo (y a pesar de la popularidad del apellido), las memorias del tío falangista de Julio Iglesias permanecen en el baúl del olvido.
En el momento que publico este artículo pueden encontrarse unos cuantos ejemplares en librerías de viejo desde 11 euros, menos de la mitad de lo que se pagará por las memorias de su sobrino.
Una ganga...
Ellos se lo pierden. 😉
Amigo, muchas felicidades por este gran artículo. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMonumental descripción de una interesante vivencia histórica.Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias por leernos.
EliminarHola José Luis, soy Manuel, hijo de Manuel Iglesias-Sarria Puga.
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu artículo sobre el libro de mi padre, que me he apresurado a enviar a mis hermanos.
Nos han encantado y emocionado tus apreciaciones sobre el libro, que efectivamente creemos que refleja fielmente esa época extraordinaria de la historia, que nuestro padre vivió con especial optimismo e intensidad.
Nos encantaría poder contactarte y agradecerte de viva voz tu estupendo y fidedigno artículo.
Un cordial saludo.
Hola Manuel me gusta mucho el libro de tu padre q más nos puedes contar de el??, de su vida después de lo que narra el vídeo?, las memorias de tu tío son también interesantes
EliminarMuchísimas gracias, me emociona leer tu mensaje. Mándame un correo a esta dirección y te paso mi número de teléfono. jlguerreromontero@gmail.com
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Un hombre muy luchador
ResponderEliminarEn una palabra. Un valiente