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| La rebelión de los dinamiteros. |
La capital asturiana se convirtió en un laboratorio macabro de ingeniería explosiva.
Si algo define la revolución asturiana es esto: dinamita como argumento político. Era como si Bakunin y Alfred Nobel hubieran tenido un hijo en las cuencas mineras.
Revolución de Asturias del 34
Ya he contado que en Madrid, el golpe de Estado de 1934 consistió en nueve días de escaramuzas para paralizar la vida de la capital y tener entretenido al Gobierno.
Los obreros de las grandes ciudades no se dejaban llevar fácilmente al matadero. Convivían a diario con los cuerpos de seguridad del Estado, y tenían más a mano los medios de comunicación para contrastar la propaganda política. En definitiva: eran más cautos.
En cambio, en las aisladas zonas rurales había media docena de Guardias civiles en cada pueblo. Cuando un espabilado arengaba a unos miles de obreros, el efecto masa les hacía creerse fuertes para vencer al Estado.
Hablamos de una época en que el 40% de la peña era analfabeta, no había internet, no había televisión, y la radio y el teléfono eran un lujo.
En este artículo encontrarás:
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Los protagonistas de la revolución asturiana
Lo primero que hicieron fue tomar por asalto los cuarteles de la Guardia Civil. Luego, arrestaron al paquete completo de "burgueses locales": el cura, el médico, el ingeniero de la mina y el alcalde (si no era socialista, claro).
A continuación, la coreografía habitual: iglesias ardiendo, cuentas pendientes saldadas a la brava y vales revolucionarios que no aceptaba ni el gato...
…y mientras unos esperaban la llegada del nuevo paraíso social, otros se lanzaron a conquistar Oviedo como pollos sin cabeza.
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| El sello del sindicato sustituye el dinero. (Revista Crónica. 21/10/1934) |
Lo primero que llama a uno la atención es que la borrachera bolchevique se diera entre la aristocracia del proletariado español.
Hay que ponerse en la piel de la época: los mineros tenían trabajo todo el año, sueldos superiores a la media, jubilaciones, preferencia de acceso al trabajo para sus hijos y escuelas gratuitas. La minería ya contaba con subvenciones estatales a cargo de los contribuyentes.
Eran unos privilegiados si los comparamos con los dos millones de temporeros andaluces que tenían que apañarse con tres meses de «jornales de hambre» durante la cosecha. El resto del año sobrevivían del furtiveo, la recolección de higos chumbos y la carbonera.
No contentos con sus privilegios comparativos decidieron que era buena idea montar una revolución.
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| Éxodo de civiles huyendo de la barbarie en Oviedo. (Mundo Gráfico. 24/10/1934) |
La población minera asturiana estaba formada por unos 30.000 hombres, de los cuales:
- 20.000 pertenecían a la U.G.T.,
- 6.000 al sindicato comunista
- 4.000 a la CNT.
Asturias y las cuencas mineras de Palencia y León fueron los únicos territorios donde los tres sindicatos se pusieron de acuerdo (Alianza Obrera) para implantar la «dictadura del proletariado» (o sea, la de ellos).
La revolución no cuajó en el resto de España. ¿Motivo? Las intentonas revolucionarias emprendidas por comunistas y anarquistas durante el bienio de Azaña fueron reprimidas sin contemplaciones. Estaban muy escaldados.
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| Vecinos de Oviedo tratan de salvar su mobiliario de los incendios. (Revista Crónica. 21/10/1934) |
Oviedo bajo el imperio de la dinamita
Los oxpertos en historia subvencionada aseguran que la clave del triunfo de la revolución en Asturias fue la alianza intersindical.
Sin embargo, hubo otras dos circunstancias trascendentales para que una región entera permaneciera 15 días a merced de unos miles de mineros cegados por la alucinación soviética.
No una.
Dos.
- Primera: la inoperancia, negligencia o incompetencia (llámese como se quiera) del Gobierno, más concretamente del Gobernador civil de Asturias. Incapaces de tomar medidas preventivas contra un golpe de Estado que, como ya expliqué, se venía anunciando desde hacía meses.
- Segunda: la inconcebible cantidad de armas y dinamita que dispusieron los mineros.
No te lo vas a creer: quince días después de terminar la fiesta, seguían retumbando explosiones de los depósitos clandestinos que la Guardia Civil iba descubriendo en las aldeas asturianas. Decenas de camiones cargados de dinamita quedaron abandonados en las calles de Oviedo.
Pero hay más. También dispusieron de armas de guerra.
Los primeros legionarios que entraron en las cuencas mineras requisaron cerca de 4.000 fusiles; pero faltaban otros 16.000 que los revolucionarios habían saqueado en la fábrica militar de la Vega.
Ni 100, ni 500, ni 1.000. Se apoderaron de unos 20.000 fusiles.
La República, lógicamente, tenía que recuperarlos.
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| Se cuentan por millares los fusiles cogidos en Asturias a los revolucionarios. (Mundo Gráfico. 24/10/1934) |
El Gobierno encargó el marrón a un comandante de la Benemérita: Lisardo Doval.
Doval fue específicamente nombrado para la ocasión “delegado especial del Ministerio de la Guerra en Asturias” con "poderes especiales" para (textualmente):
"normalizar la zona minera, el desarme de ésta y detención de los dirigentes y cabecillas del movimiento".
Apenas duró en el cargo: lo largaron antes de que hubiera finalizado la «operación desarme». Lo cierto es que Lisardo Doval destacó por sus métodos poco escrupulosos. Dimitió el 7 de diciembre por discrepancias con el Director General de Seguridad y el nuevo Gobernador civil de Asturias.
A los popes de la desmemoria histórica les encanta poner el dedo en la llaga de la represión gubernamental que, sin duda, la hubo. Pero se les olvida mencionar que los rebeldes siguieron en actitud desafiante después de firmar la rendición.
Intentaron quedarse con las ingentes cantidades del armamento que habían robado durante la movida.
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| Esta noticia demuestra que los mineros siguían en rebeldía 17 días después del inicio de las hostilidades (La Voz, 21/oct/34) |
Mientras que en España se celebraban homenajes al ejército y se abrían suscripciones para los damnificados; la Guardia Civil seguía desmantelando depósitos de armas y explosivos que iban apareciendo en Bilbao, Valencia, Jerez, Alicante y por supuesto Asturias y Cataluña.
Todo en orden.
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Aunque los mineros dispusieron de gran cantidad de armamento, lo cierto es que carecían de entrenamiento militar; en cambio, eran expertos dinamiteros.
Su táctica de combate era tan sencilla como eficaz: mientras unos disparaban a lo loco, otros iban detrás, con el cinto cargado de cartuchos y un cigarrillo en la boca para irlos prendiendo.
Los lanzaban contra el enemigo, y como conocían perfectamente el alcance de la onda expansiva, solo se retiraban lo estrictamente necesario.
Aprovechaban el desconcierto para avanzar, y lanzar otro cartucho, luego otro, y así sucesivamente. A las escasas fuerzas de seguridad destinadas en Oviedo no les quedó otro remedio que salir por patas y parapetarse en posiciones dominantes para ir cazándolos poco a poco.
Aguantaron 9 días las embestidas de miles de obreros, hasta que el 13 de octubre aparecieron los primeros legionarios.
La ciudad de Oviedo pagó el pato.
Unas veces porque servían de parapeto a los «enemigos del pueblo», otras por razones estratégicas, y otras por represalia pura y dura, los nuevos «soldados rojos» barrenaron cerca de 80 edificios del casco histórico de Oviedo.
Quedó destrozada la Catedral, la Universidad, el Instituto, la Audiencia, el Palacio Episcopal, el Banco de España y el Teatro Campoamor.
El papel de Franco en la Revolución de Asturias
Cuando se celebró el debate parlamentario sobre lo ocurrido en Asturias (7 de noviembre), el Ministro de la Guerra (Diego Hidalgo Durán), declaró que había sido un “acierto personal indiscutible” haber recurrido a los consejos del general Franco “en los momentos de verdadero peligro”.
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| Francotirador de un Tábor de Regulares apostado en el convento de las Adoratrices de Oviedo. El periódico asegura que era capaz de hacer blanco a 1km de distancia. (Revista Crónica. 28/10/1934) |
Después de 21 artículos escribiendo sobre la verdadera historia de la segunda República, no me queda otro remedio que mencionar por primera vez al futuro “generalísimo”.
Entonces estaba destinado a Baleares como castigo por unas declaraciones realizadas tras el cierre de la Academia Militar de Zaragoza, pero el destino quiso que la revolución de Asturias le pillara en Madrid volviendo de unas maniobras en Astorga.
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| Aspecto del centro de Oviedo cuando entraron las primeras tropas. (Revista Crónica. 28/10/1934) |
El Ministro del Ejército se dio cuenta que pasaban cosas raras, y empezó a desconfiar de la “pasividad cómplice” de algunos militares. Ordenó a Franco acudir al Ministerio de la Guerra al anochecer del sábado 6 de Octubre.
⋇ Las primeras tropas de reemplazo que se enfrentaron a los mineros estaban mal alimentadas y peor pertrechadas. Maldita las ganas de morir en aquel marrón. Para colmo, sus superiores discutían entre ellos porque ninguno quería asumir el mando que jerárquicamente le correspondía...
⋇ Los aviones del aeródromo de León despegaron sin armamento. En vez cortar el paso a las primeras columnas que se dirigían a Oviedo, se dedicaron a realizar inocentes vuelos de reconocimiento.
⋇ El Coronel responsable de la Fábrica de Armas Portátiles de La Vega desobedeció la orden de quitar los cerrojos a los fusiles.
Los mineros tomaron la fábrica con extraña facilidad, encontraron intactos los fusiles y hasta unos miles de pesetas en la caja... Misma historia en la fábrica de cañones de Trubia.
⋇ El Teniente-Coronel López Bravo embarcó en Ceuta al mando de un batallón de cazadores, tuvieron que desembarcarlo deprisa y corriendo en La Coruña por un intento de sublevación a bordo. Fue sustituido por el Teniente-Coronel Juan Yagüe.
Franco lo mandó a Gijón en “autogiro” para ponerse al mando de las tropas africanas que acababan de desembarcar. Las únicas bien adiestradas para arreglar el entuerto.
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| El "autogiro" aterrizó en la playa de Gijón. ("Ahora". 18/10/1934) |
Hubo más militares reacios a “disparar contra el pueblo”, tampoco viene al caso un relato minucioso. Lo importante es que en 1934 ya era patente la división ideológica dentro del ejército.
También tuvieron sus más y sus menos los militares que estuvieron del lado del Gobierno. Es muy sonado el pique del general López Ochoa (masón y liberal) con el Teniente-Coronel Yagüe (falangista).
Digamos que Yagüe era muy de aplicar la ley marcial en caliente. Se pilló tremendo rebote cuando vio que Ochoa se dedicaba a pactar: "perdones, huidas y componendas" con Belarmino Tomás, secretario del Sindicato Minero Asturiano.
El caso es que, mientras los militares discutían, Belarmino Tomás huyó de España dejando colgados a miles de mineros que seguían fugitivos en las montañas.
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| Entrada de las primeras tropas en el pueblo de Sama (Revista Crónica 28/10/1934) |
Consecuencias de la revolución de asturias 1934
El balance es escalofriante: 855 civiles muertos, 144 guardias, 85 militares, 3.000 heridos, 800 casas destruidas y la Universidad del siglo XVI hecha polvo.
Asturias quedó incomunicada: volaron puentes, carreteras, levantaron vías férreas, y cortaron las líneas telefónicas.
La Catedral de Oviedo voló parcialmente por los aires. La Cámara Santa, con reliquias de más de mil años, se fue al infierno revolucionario.
Por si fuera poco, la sucursal del Banco de España en Oviedo fue desvalijada: 14 millones de pesetas robadas. ¿El destino? Cuentas de dirigentes socialistas en Bélgica. Bonita forma de financiar la causa obrera.
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| Los mineros volaron por los aires la Universidad. Sólo quedó en pie la estatua de bronce de su fundador. (Mundo Gráfico 24/10/1934) |
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¿Revolución o suicidio colectivo?
Los dirigentes del P.S.O.E. negaron la autoría y cargaron el turrón a los obreros. Lo de siempre: mientras los cabecillas se ponían a buen recaudo, los obreros se quedaron con las manos vacías y un paisaje en ruinas.
"¿Hice bien o mal al proceder como lo hice? Mi conciencia está tranquila. Estoy convencido de haber cumplido con mi deber, pues ofrecerme como víctima sin beneficio alguno para la causa del proletariado hubiera sido tan inocente como inútil."
(Largo Caballero, Mis recuerdos)
La revolución de Asturias fue un capítulo tan dramático como grotesco de nuestra historia reciente: un ejemplo perfecto de cómo el fanatismo, la desinformación y el liderazgo de saldo pueden convertir un conflicto social en una hecatombe absurda.
Pero si crees que lo de Asturias fue duro, espera a leer el siguiente artículo sobre la proclamación de independencia de Cataluña. Duró menos que un cubata en verbena.












Si quieres resultar medianamente coherente en lo que escribes, recomiendo que cites las fuentes oficiales consultadas. Está claro que el rigor científico no es lo tuyo, ni falta que te hace. Total, para escribir tonterías...
ResponderEliminarSi quieres resultar medianamente coherente en lo que escribes, recomiendo que cites las fuentes oficiales consultadas. Está claro que el rigor científico no es lo tuyo, ni falta que te hace. Total, para escribir tonterías...
ResponderEliminarSolo en las fotos, ya tienes 5 fuentes de revistas y periódicos. De todas formas, aunque lo hubiera llenado de citas, no te habría gustado igualmente.
EliminarComo dice Cervantes en el prólogo del Quijote:
"¿Cómo que es posible que cosas de tan poca monta y tan fáciles de remediar puedan ser capaces de suspender y absortar un ingenio tan maduro como el vuestro, y tan hecho a romper y atropellar otras dificultades mayores.?
Lo que esta clarísimo qes que la REVOLUCION de Asturias de 1934, se llama así por haber la hecho las "izquierdas"; si sus autores fueran de "derechas" se llamaria GOLPE DE ESTADO
ResponderEliminarLo que esta clarísimo qes que la REVOLUCION de Asturias de 1934, se llama así por haber la hecho las "izquierdas"; si sus autores fueran de "derechas" se llamaria GOLPE DE ESTADO
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