— If you are not a communist.... paseo.



# DESERTORES - Cambiar de bando. (4)


Esto es un fucking desierto. Aquí llaman "cerros" a las colinas.

¿What the fuck se me ha perdido aquí.?

No tragar más polvo.

Si no me largo acabaré con un tiro en la nuca.

*    *    *    *

Hay ocasiones en las que cambiar de bando es la única opción que te queda para salir del lío en el que te has metido tu solito.

Guiri.

*    *    *    *

1938. En algún lugar del frente del Ebro.


Ya era noche cerrada. Estábamos fortificando la nueva posición cuando llegó un cabo jadeando. Venía en mi busca.

— A la orden mi alférez. Por orden del comandante, que se presente urgentemente en el puesto de información avanzado.

Un británico se había pasado y necesitaban un traductor para el interrogatorio.
En esta puta guerra, los de complemento valemos para un roto igual que para un descosido.

Salimos del parapeto, y una vez desenfilados, bajamos a buen paso por la vaguada.

Junto a las ruinas de una masía había un cobertizo que había respetado el machaqueo artillero. Lo habían convertido en puesto de información.

Entramos.

Una lámpara de petróleo iluminaba la cara de un inglés de mediana estatura, ancho y muy rubio. Estaba sentado en un taburete de ordeñar vacas.

De las vigas de madera colgaban sábanas de telarañas que proyectaban sombras chinescas.

— Todos borrachos, todos borrachos... —  Decía con acento de su tierra.

Apestaba a vino.

— Y tu bebes gaseosa, no te jode.—  Repuso el comandante.

El internacional no entendía y aquello iba de mal en peor.

— Al carallo con el derecho de gentes.

A una señal del comandante, el cabo le metió un guantazo. Un silencio espeso se apoderó del cuartucho.

El inglés no se lo esperaba, pero le quedó claro que era solo un aviso.

No hizo falta más. La hostia pareció calmarlo.

— A ver si ahora te dejas de pegas.— El comandante le miraba fijamente mientras yo hacía el translate.

Pasó a contarnos lo que estaba pasando.

Habían cambiado los mandos de su brigada, y lo habían degradado de teniente a soldado raso.

— If you are not a communist... paseo. — Dejó de acariciarse la oreja del guantazo e hizo como que se cortaba con los dedos el gaznate.

Decía que era anticommunist y antifascist, o sea anti de todo… Se quejaba de que le habían quitado el pasaporte al cruzar la frontera y no se lo habían devuelto.

Al comandante le cayó simpático porque se parecía a un central del West-Ham que vino a jugar a Vigo.

— Les metimos 4 - 1. Fuimos el primer equipo español que ganó a un equipo profesional británico.

Obviamente mi Comandante es del Celta y más gallego que el licor café.

El inglés siguió largando: en su brigada mucho discontent; el mando se imponía a base de terror y había fusilamientos.

— Camaradas to Albacete, never come back. Accused as a traitors.

Lo cierto es que oír hablar de depuraciones en las filas enemigas nos reconfortaba.

La noche anterior, cuando paró la artillería, hubo tiros del lado enemigo. Tiros aislados, secos, de pistola.
El trompeta, que es veterano, me dijo que estaban fusilando a los que habían chaqueteado.

El inglés nos dio datos bastante precisos sobre el despliegue del enemigo y la composición del dispositivo. Con todo ello dedujimos cómo sería la ofensiva, el rubito aseguraba que sería al amanecer.

— Tienen más fuerzas de lo que yo creía —el comandante parecía preocupado— Cosa fea la deserción, en mi escuadrón no ha habido ninguna desde que empezó la campaña.

Mandó despejar el cobertizo y ordenó que llevasen el desertor a retaguardia. Debía transmitir al general toda la información recogida.

Me ordenaron reincorporarme a mi unidad, quedaban cuatro horas para el amanecer. Vamos a tener hule.

*    *    *    *

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