En el capítulo dedicado a la Ley de Defensa de la República citaba un libro poco conocido: “Oligarquía y enchufismo”, del abogado y escritor republicano Joaquín del Moral y Pérez Aloe.
“Oligarquía y Enchufismo” es un libro publicado en 1933 donde se denuncia la corrupción política durante el bienio "progresista" de Azaña.
Un pueblo traicionado de Paul Preston
A uno le gusta cotillear lo que cuentan los popes de la Historia sobre este tipo de fuentes, así que podéis imaginar mi expectación ante la publicación del último libro de Paul Preston: Un pueblo traicionado.
Precisamente, el insigne historiador acaba de publicar un tocho de casi 1.000 páginas fruto de un concienzudo estudio sobre la historia de la corrupción política española.
Casi ná.
No hace falta ser hispanista, ni Historiador, ni siquiera inglés, para saber que la corrupción española del último siglo no cabe en un libro.
Haría falta una enciclopedia entera [basta ver los telediarios de "la sexta" 😁]; no obstante, nuestro sesudo hispanista jubilado ha logrado compendiarla con “concisión abrumadora” en apenas 700 páginas (notas a parte).
Joaquín del Moral es protagonista de la primera denuncia pública de corrupción en la II República, así que no me quedó otro remedio que echarle una ojeada.
Pedí prestado Un pueblo traicionado a un amigo para ver que decía Preston sobre Joaquín del Moral.
Joaquín del Moral en un Pueblo Traicionado
Gracias a su "concisión abrumadora", puedo transcribir la totalidad de lo que cuenta Preston sobre Joaquín del Moral.
Verás.
No te preocupes, que no es muy largo:
En febrero de 1933, Joaquín del Moral, abogado derechista con vínculos sospechosos con la CNT, (SIC)
publicó una diatriba (SIC) contra la coalición republicanosocialista a la que acusaba de infringir la Constitución de 1931 y de enchufismo.
Aclamado por la extrema derecha, el librito de Del Moral se convirtió en un éxito de ventas efímero.
(..)
De todos modos, el nepotismo del que se acusaba a los republicanos era una minucia (SIC) en comparación con el que habían practicado durante la dictadura los mismos monárquicos que ahora aplaudían a Del Moral.
Eso es todo.
Sufrí la misma decepción que cuando compré “Idealistas bajo las balas”.
Afortunadamente esta vez no me pilló desprevenido.
En aquella ocasión buscaba información sobre H. Edward Knoblaugh, el corresponsal americano que dio la exclusiva mundial de la huida del Gobierno Republicano a Valencia.
Knoblaugh burló la censura de la Oficina de Prensa Extranjera en Madrid con un mensaje en clave:
“los peces gordos se disponen a salir disparados”.
Trabajaba para Associated Press y dio a conocer al mundo la huida del Gobierno antes de que se enteraran los propios madrileños (la prensa española no cubrió la noticia).
El "idealismo" de Knoblaugh no merece la atención de Preston, no obstante, lo cita en un par de ocasiones para hacernos creer que era, poco menos que, un retrasado mental.
Cosas de Preston.
Vale.
Me consoló que, esta vez, el libro fuera prestado. Ya digo: no me pilló desprevenido.
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El hispanista Preston. Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica. |
Paul Preston: difama que algo queda.
Rebuscando entre la escasa información que circula en la Red sobre Joaquín del Moral ―en el momento de escribir estas líneas ni siquiera figura en la wiki―, descubrí que aunque Paul Preston sólo le dedica cuatro líneas en "Un pueblo traicionado”; sin embargo, se explaya con nuestro personaje en su “Holocausto español".
Mira.
En el "Holocausto", Preston escribe las siguientes lindezas:
“abogado republicano renegado” que “volvió la espalda a la República y empezó a escribir diatribas envenenadas contra quienes tuvieron más éxito que él”.
Lo típico: Joaquín Del Moral se convirtió en "paradigma de quienes mostraron un odio profundo hacia la izquierda a fin de encubrir su breve pasado republicano". Total, que acabó en brazos del "fascismo".
Aporta pruebas irrefutables:
“el alcance de sus vínculos se puso de manifiesto cuando la milicia conocida como «Los Linces de la República» registró su domicilio de Madrid en agosto de 1936”.
Por casualidad localicé en El Liberal del 28 de Agosto la noticia del asalto de los "Linces". Resulta que —además de "alhajas, acciones y valores"—, el periódico informa que encontraron "una felicitación de Año Nuevo firmada por Primo de Rivera, en la que hace un canto a la bandera monárquica y le desea tantos años como exministros tiene la República".
Durante el azaroso periodo republicano se sucedieron 160 ministros en 29 gobiernos: toca a un gobierno cada dos meses (sin contar los de la guerra).
Yo es que me parto.
Preston cita al hijo socialista del general Cabanellas (¿otro renegado?) para asegurar que Joaquín Del Moral se volvió un “sanguinario” que sentía “deleite lascivo” practicando represión azul a las órdenes del máximo "Flying Dead" del momento.
A nadie le sienta bien que unos "linces" asalten tu domicilio, por lo que se ve, a Del Moral tampoco.
En fin... Lo que está meridianamente claro es que a nuestro ilustre hispanista no le gustan los “renegados”.
¡Qué le vamos hacer!
Ahora comprenderéis mi sorpresa, cuando descubrí algo que no menciona Preston:
Joaquín del Moral y Pérez Aloe aparece encausado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo en los archivos del centro documental de la Memoria Histórica.
¿Un "fascista" acusado de masón por un tribunal franquista?
Mr. Preston: ¿No se habrá dejado algo en el tintero?.
Joaquín del Moral Pérez y Aloe: TRAICIONADO
“Monarquía y enchufismo” (1933) no es el primer libro de Joaquín del Moral.
Su obra más conocida, “El Estado y la Prostitución” (1913) se considera la primera denuncia contra la prostitución infantil publicada en España.
Preston miente como un bellaco cuando dice que Joaquín del Moral aprovechó la caída del Dictador Primo de Rivera para hacerse neo republicano.
Del Moral combatió la Dictadura de Primo de Rivera desde la Real Academia de Jurisprudencia ―lo que truncó su carrera de funcionario― y en 1930 fue protagonista de la reconstrucción del Partido Federal Republicano, inspirado en el republicanismo histórico de Pi y Margall en la I República.
Cuando Preston menciona "vínculos sospechosos con la CNT", la realidad es que Del Moral se especializó en la defensa legal de anarquistas en la época de la dictadura.
Supongo que lo que le molesta es la caña que mete Del Moral a sus tan admirados (como blanqueados) líderes republicanos.
Veamos lo que molesta a Mr. Preston.
El 5 de Octubre de 1931 —seis meses después del feliz advenimiento de la II República— Joaquín Del Moral convocó la Junta General Extraordinaria del Ateneo Madrileño para defender una proposición titulada: "Inmoralidad política".
En dicha conferencia denunció el "enchufismo" y la corrupción en el primer Gobierno Provisional Republicano.
En aquel histórico discurso declaró:
“el Gobierno Provisional, que tantas esperanzas despertó, no ha hecho nada por consolidar la República, pues sigue reinando en España la injusticia e impera la inmoralidad más desenfrenada, dueña y señora de la conducta de los mangoneadores políticos que no cumplen con su obligación de ser honrados y además parecerlo.”Con un par.
La proposición pedía a las Cortes "que sea ley que ningún ciudadano español pueda percibir por ningún concepto más de un sueldo o emolumento de los fondos del Estado..."
La solicitud fue aprobada por aclamación en el abarrotado salón de Actos del Ateneo. Digo con un par, porque Del Moral pronunció su discurso ante la mirada impertérrita de D. Manuel Azaña que, demás de Presidente del Ateneo, era Ministro del Ejército.
Pero hay más:
No se conformó con denunciar la corrupción ante las narices de Azaña. Publicó su discurso con financiación popular en la imprenta de Galo Sáez. Lógicamente, el escándalo llegó a la prensa.
Quizás te interese leer el discurso: Inmoralidad Política. Enchufismo y acumulación de cargos (Junta General Extraordinaria Ateneo Madrileño, 5-10-1931)
La denuncia de Joaquín Del Moral encendió la mecha que puso a la opinión pública en contra del “enchufismo” ―el término se puso de moda― y obligó al Gobierno a presentar un proyecto de "Ley de Incompatibilidades” en el Parlamento. Por cierto, que no se dieron mucha prisa en aprobarlo: se publicó poco antes de que Azaña abandonara el Poder, el 2 de Marzo de 1933.
La nueva casta se vio obligada a explicar la abundancia de cargos acaparados por las "premuras" e "improvisaciones" del repentino cambio de Régimen.
La denuncia de Del Moral incluye una lista de políticos acaparadores de cargos con sus sueldos correspondientes... así pudo saberse que el campeón del trinque era el portavoz del grupo parlamentario Socialista, Manuel Cordero Pérez, que acaparaba nada menos que ¡14 cargos públicos!.
Fueron también muy comentados los casos de Salvador de Madariaga y Pérez de Ayala. Intelectuales que por la mañana eran embajadores en Washington y Londres, y por las tardes diputados en Madrid.
Por si fuera poco, el poco tiempo libre que le quedaba a Pérez de Ayala lo dedicaba a dirigír el Museo del Prado.
"Minucias" que Mr. Preston omite, supongo que obligado por la necesidad de "concisión abrumadora".
Días después de la famosa asamblea, Azaña fue nombrado Presidente del Gobierno. Cargo que compatibilizó con el de Ministro del Ejército. Además renunció (¿casualmente?) a presidir los díscolos socios del Ateneo madrileño.
No acaba aquí la cosa.
Un año después, Don Joaquín fue protagoista de otra actuación sonada.
El 21 de Noviembre de 1932 convocó la Junta General Extraordinaria del Colegio de Abogados de Madrid para hacer llegar al Gobierno una nota de protesta contra la actuación del Ministro de Justicia D. Alvaro de Albornoz.
¿Motivo?
El Ministro había decretado la jubilación forzosa de más de 100 jueces, sin formación de expediente, sin audiencia de los interesados, y sin la edad reglamentaria para ser jubilados.
Todo por sospechos de no ser fervientes republicanos. Una depuración judicial en toda regla.
Prueba de la flagrante ilegalidad es que 57 de los 62 Colegios de Abogados de España se sumaron a la protesta. Todo muy normal y democrático, Sr. Preston.
El Ministro hizo mutis por el foro y nombró a dedo al personal que ocupó las vacantes, pasándose por el forro la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Ya sabes, amiguetes y tal. Gente de la cuerda.
Lo de siempre Mr Preston.
Joaquín Del Moral: un ciudadano “díscolo”, declarado enemigo del Gobierno.
Tanto tocó las narices al Gobierno que acabó en la cárcel.
Lógico. Lo normal en democracia.
La exusa fue el golpe de Sanjurjo. Fue arrestado en San Sebastián por golpista. Lo chocante es que en San Sebastián no pasó absolutamente nada.
Lo soltaron después de pasar unos días en prisión. No se molestaron ni en ponerlo a disposición judicial. Cuenta en su libro que jamás le comunicaron cuál había sido la causa de su detención.
Con estos antecedentes y siendo un abogado de prestigio, a ningún inglés debería extrañarle que fuera contratado por los encausados en el golpe de Estado del 10 de Agosto de 1932.
Hechos que resultan muy sospechosos a Preston:
"abogado derechista con vínculos sospechosos con la CNT"
Yeah!!
Fruto de esta experiencia judicial, Del Moral publicó: “Lo del «10 de agosto» y la justicia”. Un nuevo libro donde volvía a dar cera al Gobierno, esta vez denunciando las maniobras de Azaña para presionar al Poder Judicial.
El libro pone en evidencia la maltrecha de separación de poderes en aquella República que a Preston tanto le gusta blanquear.
Espera, que todavía hay más.
Resulta que Del Moral fue uno de los dos vocales elegidos por los Colegios de Abogados en las elecciones al Tribunal de Garantías Constitucionales de Septiembre de 1933.
No obstante, fue despojado del cargo con malas artes.
Verás:
Después de su paso por el Ministerio de Justicia, Álvaro de Albornoz pasó a ser Presidente del recién nombrado Tribunal.
Fijaos lo que opina Azaña al respecto: "su posición, presentándose candidato, es poco lucida; pero sueña con el cargo y no hay manera de hacer que desista".
Ojo, según Azaña, la maniobra ofrecía sus ventajas: "eliminamos de la política un estorbo de los mayores, por su ambigua conducta y su doblez, baluartes de su cobardía". (Memorias, 7/07/1933)
Lo cierto es que Albornoz se estaba agarrando al cargo con el estómago: tenía claro que no revalidaría acta de diputado en las siguientes elecciones de 1933.
El caso es que el Fiscal General de la República puso a Del Moral una demanda por injurias y desacato, supuestamente lanzadas en una de las sesiones del juicio contra los implicados en el Golpe de Estado de Sanjurjo.
Todo era una patraña: Del Moral fue absuelto el 17 de Noviembre de 1933. Sin embargo, consiguieron el objetivo: a la hora de constituirse el Tribunal se encontraba en situación de imputado, lo que le inhabilitó para tomar posesión del cargo en aplicación del reglamento del propio Tribunal.
¿Te das cuen?
La prensa informa que interpuso recurso, también que la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados presionó para que se hiciera justicia. Después se pierde la pista ―al menos en los periódicos digitalizados de libre acceso en la Hemeroteca Nacional―, y no he conseguido saber en lo que acabó el asunto.
En cualquier caso, sirve de muestra para ver como se las gastaban los héroes de Preston.
Esto es casi todo lo que he podido descubrir sobre Joaquín del Moral, un desconocido personaje al que Preston tanto gusta difamar.
Estoy convencido que algún día vendrán historiadores honrados que tratarán con rigor la figura de Joaquín Del Moral y Pérez Aloe [Nota: si alguno ya lo ha hecho, pido disculpas por mi ignorancia y tiene los comentarios abiertos para manifestar lo que crea oportuno.]
Poco más puedo decir de "Un pueblo traicionado", reconozco que no he leído todo el tocho; como dice el refrán: "una y no más Santo Tomás".
No obstante, me veo en la obligación de advertir que el libro ha tenido la desgracia de nacer viejo...
Verás.
Resulta que las flechas certeras de Preston han llegado hasta la trama Gürtel, pero se ha olvidado ―siquiera mencionar― un "bujero" de 679 millones de euros.
Oh!.
Hablo de la sentencia de los ERE que dinamitó el PSOE andaluz.
Oh my God!
Mr. Preston no dedica ni una sola palabra al mayor escándalo de corrupción de la democracia española.
Ooooooooh my God!!!
Supongo ha preferido dejarlo para futuras ediciones...
Carta abierta a Paul Preston.
Sr. Preston:
usted ya no es historiador, y mucho menos hispanista, hace tiempo que se dedica al vilipendio subvencionado.
Lo último decente que he leído fue su biografía de Juan Carlos I, y ya han pasado demasiados elefantes.
No creo que se de por aludido, los popes de la historia no se molestan por blogs perdidos en el ciberespacio que no lee (casi) nadie.
Es lo que hay.
En cualquier caso le ofrezco mi humilde blog para que rebata lo que tenga que oponer a lo que aquí queda dicho.
Doy mi palabra que se publicará textualmente su contestación a lo que aquí queda dicho.
Tengo el gusto de conocer al Sr. Preston. No creo que le haya bloqueado, pero las graves acusaciones que contra él vierte, sin pruebas, desde luego lo merecería.
ResponderEliminarEs usted el primero que sale en su nombre a defenderlo, lo cual le honra. Dígame que acusación cree usted que necesita probarse, que le contestaré con gusto.
ResponderEliminarel libro "La república española" (Madrid, 1933, librería San Martín) de Anonymous cuenta con un prólogo y traducción de Joaquín del Moral. El autor del libro es Bolín, el del Dragon Rapid.
ResponderEliminar¿Y? ¿Acaso insinuas que el avión ya estaba reservado en 1933?
EliminarHola
ResponderEliminarNo conocía este blog y me parece que está muy bien.
Sólo quería saludar y agradecer la información aquí publicada.
Gracias
Saludos
De acuerdo con "El Día" de Palencia del 5 de noviembre de 1936, Joaquín del Moral fue nombrado delegado de Prisiones del Estado. Lo definen como "ilustre abogado" y "defensor de los militares encartados en el movimiento del día 10 de agosto de 1932 y gran amigo del infortunado general Sanjurjo".
ResponderEliminarGracias por la aportación. El 24 de Abril de 1935 aparece una nota del Ministerio de Gobernación en varios periodicos (entre ellos Ahora, pag 4) informando de un "Expediente dejando sin efecto la separación de don Joaquin del Moral, ex Jefe de Negociado". Lo cual implica que ya era funcionario de Interior durante la República y que lo habían separado del servicio, probablemente durante el bienio progresista, no he conseguido encontrar cuando ocurrió.
EliminarEn cualquier caso demuestra que los rebeldes se limitaron a readmitirle en un puesto del Ministerio del que ya era funcionario.
Amiguete de Bolín y Sanjurjo, delegado de prisiones delos facciosos, muy republicano no parece...
EliminarDe los "facciosos", como tu dices, excepto Franco (que sólo era franquista) Sanjurjo, Mola, Cabanellas y Queipo de LLano eran republicanos.
EliminarYo te leo y me da que le tienes un poco de pelusilla a Preston. Del Moral, además, antes de ese nombramiento en el 37, tuvo bastante que ver con un hatajo de criminales franquistas que fueron recorriendo la provincia de Burgos. Eran especialistas en dar "paseos", actividad que no era en absoluto exclusiva del bando republicano. En fin, que da entre vergüenza y pena leerte, y por eso no lo haré más; estaba buscando información en la red sobre este libro que sí estoy leyendo para saber de qué hablo y ha salido esta diatriba (que la tuya sí lo es, y llena de rabia). Por cierto, ese tono de perdonavidas no pega nada con un pedazo de historiador como es Preston.
ResponderEliminarTotalmente cierto. Lo reconozo: yo también quiero ser Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica.
EliminarYo también te quiero Jordi. Disfruta de tus lecturas.😘